martes, 14 de julio de 2009

El hombre-lobo Blanco Romasanta (Galicia, 1852-1854)

El hombre-lobo Blanco Romasanta (Galicia, 1852-1854) (Nuevos y viejos datos en torno un caso de leyenda)

AUTORES: SIMÓN LORDA*, D.; FLÓREZ MENÉNDEZ**, G.; GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, E***.
 *Psiquiatra. Doctor en Medicina. Servicio de Psiquiatría. Complexo Hospitalario de Ourense.
 **Psiquiatra. Ourense. 
***Psiquiatra. Doctor en Antropología Cultural. Profesor Asociado de Psiquiatría. Facultad de Medicina. Santiago.
Publicado en: MARTÍNEZ PÉREZ, J et. al. (eds.), 2008, La gestión de la locura: Conocimientos, prácticas y escenarios (España, siglos XIX-XX). Cuenca, Universidad de Castilla-La Mancha. (978-84-8427-612-8), p.265-282.

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DIRECCIÓN DE CONTACTO: David Simón Lorda. Servicio de Psiquiatría. Complexo Hospitalario de Ourense. C/Ramón Puga, 52-54. 32004 OURENSE. david.simon.lorda@sergas.es

1. ALGUNAS NOTAS SOBRE LA LICANTROPÍA 

“….piernas ulceradas al desplazarse a cuatro patas, sed excesiva, ojos y lengua secos y agrietados al disminuir o desaparecer la producción de saliva y lágrimas, visión pobre, palidez, vagabundeo nocturno compulsivo, sobre todo en torno a cementerios, y aullar hasta el amanecer….” (Paulus Aegineta, Alejandría, siglo VII d.c) “Pretende que en algunas temporadas tiene la desgracia de convertirse en lobo y entonces, contra su voluntad, se ve obligado a desgarrar a su prójimo con uñas y dientes; para lograrlo se revuelca en la arena, condición antecedente a su transfiguración...” (Reseña de la causa formada en el Juzgado de Allariz contra Manuel Blanco Romasanta, 1852) Desde la Antigüedad la transmutación del hombre al lobo (zoomorfismo licantrópico) ha generado una gran fascinación. Prueba de la misma son las numerosas referencias que aparecen en textos clásicos (Ovidio, recuerda que Júpiter transformó en Hombre-Lobo a Licaon) y bíblicos (Daniel relata la transformación de Nabucodonosor tras una aparente melancolía). Paralelos a esta fascinación discurren los intentos de explicar el porqué de esta transformación. Inicialmente, en el mundo clásico y el paleocristianismo, las explicaciones serán de tipo moral – espiritual. Posteriormente, y con la llegada de las tesis defendidas por el Malleus Malleficorum, la licantropía pasa a formar parte de las estrategias del diablo para corromper el alma y el cuerpo de los hombres, y la transformación se hace más corporal y menos simbólica. La tradición gallega cuenta que el séptimo hijo de una familia compuesta exclusivamente por varones puede ser “saudador” (saludador, dador de salud) o “lobishome” (hombre lobo ). En ambos casos, la característica viene dada por nacer el día de Viernes Santo o la noche de Nochebuena. La diferencia estriba en que el saludador tiene grabados en el paladar los signos evidentes de su condición (una cruz o una rueda de Santa Catalina), mientras que el “lobishome” carece de ellas. Para evitar que se desarrollen las condiciones de hombre lobo, el niño debe ser apadrinado por uno de sus hermanos. En caso contrario, lo poseerá el espíritu melancólico y se verá abocado, los viernes a media noche, a abandonar su hogar, desprenderse de sus ropas humanas y convertirse en lobo. La tradición dice que recorrerá siete aldeas, una por cada uno de sus hermanos, tirando en cada aldea una de las siete pieles con que se cubre. Volverá a su forma humana cuando alguien le haga sangrar o queme alguna de las pieles que le cubren. Desde el campo del folklore y de la etnografía, pero con metodología de la historia -consulta de archivos judiciales inéditos hasta ese momento-, la británica Caroline Oates realizó en 1990 un interesante estudio de los casos de proliferación de hombres lobos que durante los siglos XVI y XVII ocurrieron en la región del Franco-Condado, situada entre Francia y Suiza. Recogió en su trabajo extractos de varios procesos criminales contra diferentes personas acusadas de haber actuado como hombres lobos entre 1521 y 1643. En su estudio trató de valorar la información aportada por testigos y sospechosos, centrándose en el proceso de la metamorfosis licantrópica. Al mismo tiempo estudiaba la forma en cómo los tribunales de la época resolvieron los casos: la condena a muerte en casi todos los casos, ya que solía llevar acompañada una acusación de brujería (crimen capital en la época). Oates (1990) recoge sin embargo una excepción: el caso de Jacques Roulet, de Angers, cuyo caso fue llevado en apelación a París en 1598. Allí fue considerado como loco e internado en un hospital durante dos años. Este Jacques Roulet era un vagabundo que fue encontrado en el bosque por unos cazadores que seguían a un lobo. Se encontraron a Roulet devorando el cadáver de un muchacho, y admitió que como hombre lobo, había matado al muchacho. Otros tres niños que habían sido heridos recientemente por lobos fueron llevados ante los tribunales de Justicia por sus padres y Roulet confesó haber participado en estos ataques sin haber sido sometido a torturas o presiones (algo habitual en casi todos los casos analizados por Oates). La llegada de la Ilustración implica la aparición, o redescubrimiento, de explicaciones médicas al fenómeno licantrópico; numerosas son las causas que se invocan como responsables: la Sífilis, la Rabia, la Porfiria, la Epilepsia o las Intoxicaciones por Belladona o Estramonio (entre otras) son algunos de los ejemplos. La Psiquiatría, en los últimos cincuenta años tampoco se ha visto ajena a este intento de encontrar una etiología a la licantropía. Autores como Mosehly (1999) o Petra Garlipp (2004), utilizando búsquedas de Medline y PsycLIT, han encontrado referenciados unos 24 casos en la literatura médica. En los artículos se relaciona esta zoomorfosis con diagnósticos psiquiátricos como la Melancolía, la Esquizofrenia, la Histeria, los Trastornos Facticios, las Personalidades Límites, el Retraso Mental, las Alteraciones del Lóbulo Frontal, abuso de cannabis, abuso de alcohol.... Una propuesta de encuadre psicopatológico para la licantropía podría quedar como sigue (Modificado de la propuesta por GARCÍA&ESPERÓN, 1996): a) Como ideación delirante: El paciente cree ser un lobo. b) Como alteración conductual: El paciente se comporta como un lobo. c) Como alteración psicopática de la personalidad: El paciente dice que no tiene más remedio que comportarse como un lobo. Puede justificar crímenes planeados simulando ser víctima de un maleficio que lo convierta en lobo con utilización de las creencias populares en beneficio propio y el agravante de heteroagresividad en rango de homicidio con dudosa resonancia afectiva en el autor de las consecuencias de sus actos. Serían los que en la historia de la psiquiatría se denominaron degenerados morales..

  2. EL CASO MANUEL BLANCO ROMASANTA 




En los años 1852-1853, una de las más terribles crisis de subsistencia agraria del siglo XIX asola Galicia. Trajo una terrible hambruna, fiebres y éxodo migratorio masivo de las zonas afectadas. Justo en esos años de reinado de Isabel II va a desarrollarse el caso del único “hombre- lobo” procesado por la justicia ordinaria en España en 1852. En este proceso, el único conocido en que se enjuicia y se condena legalmente a un personaje tratándolo abiertamente de "lobo", intervendría la misma reina Isabel II. Manuel Blanco Romasanta fue juzgado y procesado en 1853 en Allariz-Ourense y en A Coruña por el asesinato y desaparición de varias personas. En su defensa alegaba que su conducta respondía a un instinto fatal que lo llevaba a cometer crímenes al convertirse en lobo. El abogado coruñés Manuel Rúa Figueroa (1859), uno de los defensores del caso, dio en su día amplia información y reseña de la causa en su libro “Reseña de la causa formada en el Juzgado de Primera Instancia de Allariz, distrito de La Coruña, contra Manuel Blanco Romasanta, el hombre lobo, por varios asesinatos” , y que fue muy usado por los que luego se han asomado al estudio del mismo. El caso también ha inspirado cantares de ciego por las ferias de Galicia, y también tres novelas : “O bosque de Ancines” de Carlos Martínez Barbeito, “Pel de Lobo” (2002), de Xosé Miranda, y “Romasanta. Memorias incertas do home lobo” (2004), de Alfredo Conde (escritor natural de Allariz y descendiente de uno de los médicos que peritaron el caso del lobishome en la villa alaricana). No han faltado tampoco las películas.
La primera fue “El bosque del lobo”, rodada en 1971 por Pedro Olea, y la última entrega cinematográfica ha sido “Romasanta”, de la productora Filmax y con guión de Alfredo Conde, quien a su vez ha realizado un documental titulado “Romasanta. Memoria incierta de un hombre-lobo” (2004).Este documental, que no hemos podido ver en el momento de escribir este trabajo, reconstruye el caso histórico.Intervienen entre otros, el psiquiatra ourensano Santiago Lamas (autor del ensayo “Galicia borrosa”, 2004, Ediciós do Castro)) o el antropólogo Manuel Mandianes (que ha escrito obras como “Loureses. Antropoloxía dunha parroquia rural galega”(Editorial Galaxia)). También ha atraído a intelectuales y escritores gallegos como Otros fueron Vicente MARTÍNEZ-RISCO (1929), patriarca de la llamada “Generación Nós”, o Celso Emilio FERREIRO (1974), poeta autor de poemas como el conocido “Longa Noite de Pedra”. Ya en los últimos años, disponemos de los acercamientos rigurosos del historiador Xulio PRADA (1990) o del periodista José DOMÍNGUEZ GONZÁLEZ (1991, 2004). Ha sido también abordado desde la psiquiatría y la medicina española por diferentes autores. El primero de ellos fue el psiquiatra Pedro J. Téllez Carrasco quien en mayo de 1959 imparte en la Biblioteca Municipal de Allariz la conferencia “Estudio psiquiátrico de “El hombre lobo””. El médico coruñés Eduardo Pérez Hervada (1973) le dedica muchas líneas y algún capítulo en su libro titulado “El hombre-lobo”. En su “Historia de la locura en España”, Enrique González Duro (1995), dedica unos párrafos al caso, pero la fuente principal que cita es el artículo de Celso Emilio Ferreiro en “Tribuna medica”. Un acercamiento más extenso fue el que realizaron María Jesús García Álvarez e Irene Esperón, en las “Jornadas de Historia de la Psiquiatría” desarrolladas en el Hospital Psiquiátrico Rebullón (Vigo) en noviembre de 1996, coordinadas por el psiquiatra Tiburcio Angosto Saura, y cuyas actas no fueron publicadas. Manuel Blanco Romasanta, nace en 1810 en Rigueiro - Santa Eulalia de -Esgos (Ourense), a unos veinte kilómetros de la capital de la provincia. Se dedicaba a la venta ambulante entre Galicia y Portugal, además de ser un gran conocedor de los bosques de la región y ayudar a los viajeros a atravesar las montañas desde Galicia a León, Asturias y Cantabria. Sus dos primeras víctimas, madre de 47 años e hija de 17, fallecerían en el año 1846. Ambas se disponían a abandonar su pueblo natal (Rebordechao, en las faldas de la sierra de San Mamed) hacia Santander, en dónde esperaban encontrar un empleo y mejores condiciones de vida, lejos del duro trabajo en el campo. Son asesinadas en la sierras ourensanas (casi todos los crímenes fueron cometidos en el macizo central ourensano, fundamentalmente en la sierra de San Mamed) por el buhonero. Acto seguido, convence a más mujeres que sigan el mismo camino que las dos "afortunadas" y que emigren a Cantabria, en dónde el nivel de vida es muy próspero y que los más adinerados buscan jóvenes para tenerlas en sus casas como sirvientas. Así, otras vecinas se harían acompañar del guía en sus viajes, en busca de una buena colocación. Los siguientes serían una señora de 34 años y su hijo... Como los años pasaban y los familiares no volvían a recibir noticias, aparte de lo que Romasanta contaba, empezaron a correr rumores por todo el pueblo de que los viajeros habían sido asesinados. Comenzaron las habladurías populares pasando a ser designado como el “hombre del unto” o “sacamantecas”, que mataba a sus víctimas para extraerles el sebo que luego vendía en Portugal ( Oates (1990: 332-334) aporta numerosos testimonios aportados en las causas criminales del siglo XVI estudiadas en su trabajo en donde se hace referencia a ungüentos embrujados fabricados con la grasa de los niños. En algunos casos se detuvo y procesó a campesinos de la zona del Franco-Condado por sospecha de posesión de estos bálsamos mágicos que se creía tenían poderes diabólicos y estaban relacionados con los casos de hombres lobo). Las sospechas resultarían fundadas cuando uno de los vecinos aseguró haber visto siempre a Romasanta viajando sólo, sin rastro alguno de las mujeres. Pasando de ser sospechoso de nueve crímenes a convertirse en acusado, éste se ausenta de la zona antes de que lo consigan detener. Abandona Galicia para irse a trabajar en la siega en tierras castellanas a donde anualmente acudían numerosas cuadrillas de gallegos atravesando la zona de As Portillas en la ruta desde Ourense. Recala en Nombela- Toledo, en dónde estaría trabajando como segador hasta que es reconocido por varios vecinos de la zona de Laza y Verín (Ourense) que estaban en las cuadrillas de segadores de la zona. Es denunciado en julio de 1852. Al poco tiempo, el alcalde de esa localidad dicta un acto de detención en el que se le acusa de los nueve crímenes, además de múltiples robos en las casas de la víctimas para vender luego los objetos en los distintos mercados del lugar. Un mes más tarde es conducido a la prisión de Allariz, en dónde confiesa con una estremecedora frialdad y con todo lujo de detalles, cómo había asesinado y se había alimentado con la carne de no sólo las de las víctimas que se le inculpaban sino de algunas otras de las que no se tenía conocimiento. Declaró que desde hacía trece años y hasta el día de San Pedro de 1852 en que había dejado de sentir deseos de matar, se había visto poseído por una maldición heredada de algún familiar que le obligó a llevar una vida errante y criminal, cometiendo diferentes asesinatos y alimentándose de la carne de sus víctimas. "Por culpa de una maldición de uno de mis parientes, tal vez mis padres, me convertía en lobo, desnudándome primero y revolcándome después por el suelo hasta tomar dicha forma... pero la maldición terminará el día de San Pedro, cuando se hayan cumplido trece años desde mi primera metamorfosis..." El juez de Allariz ordena a los médicos de la villa realizar un reconocimiento al procesado, a fin de determinar su estado mental. Varios facultativos de la villa de Allariz (el médico José Lorenzo Suárez, los licenciados Demetrio Aldemira, Vicente María Feijoo Montenegro y Manuel María Cid, y los cirujanos Manuel Bouzas y Manuel González) reconocen “física y filosóficamente a Manuel Blanco” en octubre de 1852 por orden del juez de Allariz, emitiendo un informe del cual darán cuenta al tribunal en diciembre de 1852.

  3. LOS “PODERES” DE LA MIRADA MÉDICA: EL INFORME DE LOS FACULTATIVOS: ALLARIZ, OCTUBRE 1852

Es un informe muy inspirado en las teorías frenológicas y del cual transcribimos algunos párrafos:

 “(...) Si por los resaltos de su cráneo hubiese de decidirse de las pasiones de Manuel Blanco, hallaríamos los siguientes predominios. Sagacidad comparativa; educabilidad; penetración metafísica; habilidad mecánica y adquisividad o tendencia a adquirir o poseer; inclinaciones que nada se rozan con las que nos ocupan, a no ser la última, porque aunque buena en sí misma y conveniente en la sociedad, puede, exagerando sus límites un alma destemplada, llevarse hasta el robo y éste exigir el asesinato como medio o como preocupación (...) Pretende el detenido hacerse pasar por un ser fatal y misterioso, un genio del mal, lanzado por Dios en un mundo que no es su centro, creado ex profeso por el mal ajeno a que le impide la fuerza oculta de una ley irresistible, en virtud de la cual cumple su fatídico y tenebroso destino(...) En el hombre hay dos fundamentos de facultades: el cerebro, para las del entendimiento, y las vísceras para los arranques o ímpetus, y de la ocurrencia de ambos orígenes resulta un tercer estado potente y temible: que exageradas estas facultades producen efectos diversos proporcionales a su origen, y en la tercera o concurso de ambas tornan al hombre idiota o loco absoluto. La licantropía pertenece a la tercera, por ello se presta especial atención al examen del estado visceral del reo así como de la craneoscopia... No se presenta en el organismo del detenido ni señales amnésicas, ni causas ni motivos actuales capaces de dar origen a perturbaciones violentas de la inteligencia. Las inclinaciones que de él pueden inferirse, no son suficientes para explicar por supuesta licantropía, ni los actos que inducen son coactivos e invencibles, por lo que Manuel Blanco Romasanta obra con libre albedrío, conocimiento y fin moral. Su inclinación al vicio es voluntaria y no forzosa. El procesado no es loco, ni imbécil, ni monomaníaco, ni lo fue ni lo logrará ser mientras esté preso, y por el contrario resulta que es un perverso, un consumado criminal capaz de todo, frío y sereno, sin bondad y con albedrío, libertad y conocimiento. El objeto moral que se proponía era el interés. Su confesión explícita fue efecto de la sorpresa, creyéndolo todo descubierto. Su exculpación es un subterfugio. Los actos de piedad, añagaza sacrílega. Su metamorfosis, un sarcasmo (...)"(tomado de C- 8938 ( Judicial, Legajo 1852). A.H.P. Ourense)
Como resaltan autores como Prada, Domínguez o Ferreiro, fue un informe contundente que se extralimitaba en su imparcialidad y que debió influir poderosamente en el resultado del juicio. Tal y como destaca Ferreiro (1974), el informe de estos médicos “supuestamente frenólogos” más que un dictamen psiquiátrico era una acusación escrita en un galimatías pseudocientífico, y de hecho constituyó el argumento más contundente de la sentencia de muerte a que fue condenado un año más tarde. El abogado Rúa Figueroa en la Audiencia de A Coruña, señalaría meses más tarde de la emisión del informe (Tomado de Domínguez &Blanco(1990: 122-123)).que :
“No basta, no, presentar doctrinas, aducir máximas, establecer hechos dudosos, proponer datos inciertos para llegar a reputar al reconocido, un monstruo de maldad. Ni los facultativos estaban llamados a eso, se han salido de sus atribuciones y han invadido el sagrado recinto de la justicia: ciegos en su opinión se ofuscaron y el Juzgado de Allariz, más ciego y más ofuscado que ellos, les permitió usurpar las funciones del ministerio fiscal, pero con saña, con ira, con reprensible furor”(Rúa Figueroa, 1853)
El juicio contra el Hombre-Lobo dura aproximadamente un año, tras el cual, el 6 de abril de 1853 se emite una sentencia de muerte por el juez de Allariz, que lo condena a garrote vil y a una indemnización de 1000 reales por cada víctima, todo ello pese a que no se hallaron los cuerpos de algunas víctimas, y otras se supo que habían sido asesinadas por lobos auténticos.

4. LA INTERVENCIÓN DEL HIPNÓLOGO DR. PHILIPS: CARTAS DESDE ARGEL.

Un hipnólogo francés (Mr. Philips) que había seguido el caso del Hombre-Lobo a través de noticias publicadas en la prensa, envía en julio de 1853 una carta al ministro de Gracia y Justicia afirmando que Romasanta era un afectado de una monomanía conocida como licantropía, y que debido a un desorden de las funciones de su cerebro no era responsable de sus actos. Afirmaba este hipnólogo que a través de la hipnosis él mismo había tratado esa enfermedad con alguno de sus pacientes, por lo que pide que no se ejecute la sentencia y que se le permita estudiar el caso. Acompañaba su misiva un atestado dado por varios vecinos de Argel acerca de los experimentos de Philips, así como dos recortes de un periódico argelino (el diario Akhbar (El artículo de Akhbar del 26 de Junio de 1853 ignoramos qué noticia contenía), donde un artículo titulado “L´Antropophage Gallicien” firmado por un tal Fleury en la edición del 3 de Julio de 1853 se hace profuso eco del caso, y además aporta algunas impresiones de Philips sobre el caso. La fuente que cita Fleury es el diario “El Clamor Público” del 16 de Junio de 1853 , que a su vez hace referencia a un diario de A Coruña al dar la noticia.(El diario madrileño El Clamor Público, que al menos funciona entre 1846-1858, de corte progresista, tenía muchos gallegos en su nómina y elenco de colaboradores. Entre ellos, Antolín Faraldo, Ramón de la Sagra y Ramón Rúa Figueroa (este último suponemos alguna conexión tendría con Manuel Rúa Figueroa, el abogado defensor de Blanco Romasanta)). El caso es que este hipnólogo nunca llegó a viajar a España ni examinó al hombre-lobo. El Fiscal de la Audiencia de A Coruña fue muy crítico con el informe del Dr.Philips rompiendo una lanza por los facultativos alaricanos y poniendo en duda incluso los conocimientos del médico francés sobre la monomanía. Lo cierto es que las apreciaciones del galeno hipnotizador influyeron en el destino final del caso. La propia reina Isabel II, informada por la carta del Dr.Philips al ministro de Justicia, intervino en el caso del hombre-lobo de Allariz, conmutando finalmente la pena de muerte por cadena perpetua mediante una Real Orden del 13 de mayo de 1854. Romasanta fallecería al cabo de pocos meses en la cárcel, aunque tampoco hay constancia documental de ello . Como dice Xulio Prada con mucho acierto, “la justicia desde una óptica racionalista había emitido su veredicto poniendo punto final a su historia , pero la tradición popular siguió designándolo como el “home do unto”, el lobishome de Allariz que devoraba a sus víctimas para establecer un infame comercio con su sebo” (PRADA, 1990:148).

5. ¿QUIÉN ERA EL DR. PHILIPS? 

Ninguno de los autores que hasta el momento se han acercado al estudio del caso había profundizado en la identidad de este hipnólogo francés que vino a tener una importancia fundamental en el destino del “lobishome”: todos ellos se refieren a él como Mr.Philips o el Dr.Philips. Tras revisar bibliografía acerca de la historia del hipnotismo (MONIZ, ELLENBERGER, TORTOSA, DIEGUEZ, GARRABÉ...) vemos que la intervención del Dr.Philips en el caso del “lobishome”se produce en un momento de importante transición desde el mesmerismo animal hacia un creciente interés por el hipnotismo que alcanzará su época dorada en torno a 1880. El Dr.Philips era con mucha probabilidad el médico francés Joseph-Pierre Durand de Gros (1826-1900). Según MOREL (1996)(Datos facilitados por Jean Garrabé en octubre 2003), estudia Medicina en Montpellier y participa en la revolución de 1848. Después del golpe de estado de 1851 de Napoleón III, se exila primero en Gran Bretaña durante un tiempo, y luego en Estados Unidos. A su vuelta a suelo francés firmó con el seudónimo de Dr. Phillips. Junto con Azam (estudiado por GARRABÉ, 1996), Brown-Séquard, Demarquay, Girard-Teulon... formó parte del movimiento que propició la incorporación y asimilación del braidismo en Francia (MONIZ, 1960:p118). Todos ellos abrirían y prepararían la época dorada del hipnotismo de los años 80. Algunas de las obras de Durand de Gros fueron (1855) «Electrodynamisme vital, ou les relations physiologiques de l'esprit de la matèrie démosntrées par des experiences entièrement novelles et par l'histoire raisonnée du système nerveux» o (1860) «Cours Théorique et pratique de braidisme, ou hypnotisme nerveux considéré dans ses rapports avec la psychologie, la pathologie, et ses applications à la médecine, à la cirurgie, à la médecine légale et à l'education»). Antes de fallecer participa en el IV Congreso Internacional de Psicología de París en agosto de 1900 con una intervención con su teoría del polipsiquismo. Barrucand en su Historia de de la hipnosis en Francia”, considera que las ideas de Durand de Gros tuvieron influencia en las de Berheim obre la “psicoterapia”(BARRUCAND, 1967) (Referencias facilitadas por Jean Garrabé en octubre y noviembre de 2003).. Otro clásico del tema, Ellenberger, conocido en España por su obra “El descubrimiento del inconsciente”, también destaca la influencia que este modelo de la mente propuesto por Durand de Gros tuvo sobre las nuevas concepciones elaboradas por Freud y Jung en la naciente psiquiatría dinámica. Durand era natural de Aveyron, en donde en 1799 fue encontrado en los bosques de esa localidad francesa, un niño de aproximadamente 12 años de edad, que no hablaba ni respondía a preguntas, ni siquiera parecía responder a ruidos que se producían cerca de él, no llevaba ropa y su cuerpo estaba lleno de cicatrices, tanto su apariencia general como su comportamiento en su conjunto parecían no relacionarse con sus semejantes: fue llamado “Víctor, el Niño Salvaje del Aveyron. Estudiado por el médico Itard quien publicó trabajos sobre el caso en 1807 y dio lugar a una sonada polémica con Pinel. ¿Podría existir alguna relación entre el “Niño salvaje del Aveyron” y el interés de Durand de Gros por el lobishome alaricano? Difícil respuesta.... (GARRABÉ, 2003). Lo apasionante del tema es ver cómo a mediados del XIX, sin internet ni medios de comunicación audiovisuales o de difusión de prensa o literatura científica, las ideas científicas fluyen de un país a otro y de uno a otro continente... y cómo llegan a cambiar el curso de una historia como la que aquí hoy exponemos y de la que aún quedan muchas luces y sombras siglo y medio después de su desenlace final. 

  6. ASISTENCIA PSIQUIÁTRICA EN OURENSE A MEDIADOS DEL SIGLO XIX

La primera mitad del siglo XIX ourensano, sobre todo entre los años 1830-1860, es una época de penurias, hambre y miseria económica. Ourense es una provincia analfabeta, eminentemente rural minifundista, productora de vino, sin apenas industria... que sufre las diferentes plagas (oidium, 1854-7; sequía, 1852; pulgón, 1851; etc.. ) así como, las epidemias (cólera, 1834, 1851, 1854, 1856, 1859; tifus, fiebre pútrido nerviosa, 1839;...) que asolan Galicia en este período. Son numerosos los testimonios que hablan de la habitual falta de higiene y de la ausencia de una política sanitaria en las aldeas, villas y ciudades gallegas: colocación de establos y elaboración del estiércol, situación y condiciones higiénicas de los cementerios, estado de cañerías, conservación de edificios, etc....Todos estos factores expuestos harán que se inicien los fenómenos migratorios hacia las ciudades y a Ultramar que alcanzarán su máximo apogeo unas décadas más tarde. Según refiere Enrique Bande, en el censo de 1860, ejercían a nivel del partido judicial de Ourense un total de 47 médicos y cirujanos, para una población de 53.233 habitantes. 1860 es la fecha a partir de la cual los historiadores como López Taboada consideran que hay censos de una cierta fiabilidad, la provincia de Ourense tenía 369.138 habitantes de hecho. Era una provincia eminentemente rural, que no necesitaba del manicomio como institución... Conviene insistir en que asilo – manicomio - hospital psiquiátrico son instituciones urbanas y en Galicia no se puede hablar (por el número de habitantes) de ciudades hasta prácticamente el siglo XX. De ahí que muchos locos gallegos fueran internados en Valladolid, que era la ciudad más próxima (GARCÍA CANTALAPIEDRA, 1992).. Aunque existieron otros establecimientos con mayor antigüedad, la asistencia hospitalaria general ourensana podemos fecharla con un inicio en torno a 1556, cuando el Obispo Francisco Blanco inicia la fundación del Hospital de San Roque, situado en la Alameda (actual Alameda do Concello). Derribado en 1927, en su lugar se asienta hoy día el edificio de Correos. Tras diversos avatares a raíz de la desamortización, el Hospital acaba trasladándose a la zona del Campo de As Mercedes en 1856 ocupando el edificio que el Obispo Quevedo y Quintano había edificado para Colegio de Niñas Expósitas de las Mercedes. Es éste un momento de enorme interés pues supone el paso del concepto de un Hospital de Caridad- sostenido por la Iglesia o por particulares para ganar el Cielo- a la concepción de un Hospital de Beneficencia-sostenido por las Diputaciones Provinciales-. En los años en que se desarrolla el caso del hombre-lobo de Allariz, no existían médicos o facultativos gallegos que se dedicaran a la psiquiatría. Los únicos que intervienen en el caso son los médicos de la villa de Allariz. Los primeros psiquiatras que podemos considerar como tales aún tardarán en aparecer aún unas décadas en Galicia, por lo menos hasta la apertura del manicomio de Conxo en 1885 y la publicación en ese mismo año del Real Decreto de Internamiento de Dementes (GONZÁLEZ & SIMÓN, 2002). 

  7. Algunos comentarios y cuestiones finales abiertas:

1. Tal y como señala Livianos-Aldana (2001), aplicar diagnósticos de hoy en día a pacientes de hace un siglo y medio puede ser una falacia categorial. Sin embargo, asumiendo la posibilidad de estar cayendo en esta falacia, los datos biográficos del caso del “hombre-lobo” Manuel Blanco Romasanta así como lo que podemos inferir de los informes de los médicos que lo reconocen en Allariz, no indican que estemos ante un proceso psicótico. El pragmatismo y la obtención de beneficio a cualquier coste, siempre ajeno a su persona, aunque con don de gentes y seducción, orientan hacia un trastorno de personalidad. El recuerdo íntegro y la planificación de los hechos, en principio nos descartaría una epilepsia y el descontrol de impulsos ligados a esta entidad. En esta línea apuntada aquí ya se habían manifestado también otros profesionales gallegos de la psiquiatría y psicología que se acercaron al estudio del caso ya hace unos años (GARCÍA ALVAREZ &ESPERÓN, 1996). 2...Como destaca Mata (2000), el criminólogo Robert K. Ressler, fundador del programa de detección de criminales violentos del FBI, que ha estudiado a los asesinos en serie o serial killers, indica que presentan una patología que él describe de la siguiente manera: son personas sensibles, dominantes, presuntuosas, manipuladoras, superficiales, egocéntricas, mentirosas, con un enorme desprecio por los demás y la ausencia de remordimientos e incompresión para entender los errores que comenten. Por otro lado el psicólogo forense Robert Hare, refuerza el argumento anterior al expresar que aunque no existe unanimidad sobre el concepto de serial killers; se sabe que la psicopatía que produce el asesino en serie nace de predisposiciones biológicas y factores sociales. Hare basándose en la idea de que el diagnóstico debe centrarse en la sintomatología del trastorno, creó una escala (“Psychopathy Checklist de Hare”), la cual es utilizada en todo el mundo, con el fin de establecer un diagnóstico fiable. Básicamente, el psicópata frío (factor 1 de Hare) presentaría las características comportamentales, interpersonales y biológicas compatibles con la agresión depredadora, ofensiva y premeditada. El psicópata impulsivo (factor 2 de Hare) presentaría un tipo de agresión más reactiva y tal vez defensiva, pero sin las características de autocontrol. Sin duda, los asesinos seriales y masivos pertenecerían predominantemente a la primera categoría. Casi todos los asesinatos de este tipo conllevan importantes agresiones sexuales de uno u otro tipo. ¿Estamos ante un asesino en serie, un “serial Killer”...?. Difícil respuesta de nuevo… 3. Parafraseando a Auden, podemos decir “El mito del hombre lobo, que ha perdurado durante tantos siglos, como otras imágenes simbólicas utilizadas para explicar la vida psíquica tiene probablemente bases físicas, históricas y culturales, de las cuales los trastornos neurológicos – psíquicos y los efectos de medicinas y tóxicos sólo representan una pequeña porción”. No hemos explorado ni investigado el proceso judicial en sí, ni las repercusiones sociales en la prensa gallega del momento, dado que es evidente que concurrían circunstancias que de seguro actuaron en el proceso judicial.... Otro nivel de análisis pendiente sería la percepción y lectura que la comunidad hizo de la serie de asesinatos, del mito del “sacamantecas”, del “home do unto”...que pervivió durante décadas en toda la zona de las comarcas ourensanas limítrofes con Portugal. Todas estas cuestiones quedan abiertas, siendo los autores ourensanos Xulio Prada y José Domínguez los que más han abierto los cauces investigadores en estas líneas hasta el momento (PRADA, 1990; DOMÍNGUEZ, 1991, 2004). 4. Debido a lo expuesto, y por lo investigado hasta el momento, salvo la petición de intervención del Dr.Philips (Durand de Gros), no se produjo en el caso la intervención de los psiquiatras como peritos forenses ante el Tribunal de Justicia de Allariz o de A Coruña. Supusieron estos hechos una doble oportunidad fallida. La primera: la posibilidad de que de haber llegado Durand de Gros a España se hubiera producido un salto en la introducción y conocimiento de la hipnosis. Por otro lado, en este caso -en el cual no intervienen peritos expertos (en psiquiatría)- se perdió una oportunidad para iniciar la legitimación y consolidación de la medicina mental/psiquiatría en Galicia. A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX en España, tal y como han estudiado autores Como MARTÍNEZ-PÉREZ (1997), HUERTAS (2002) o REY (1982) las causas criminales se convirtieron, en una excelente oportunidad para que los alienistas se postularan, no solo ante los jueces sino ante la opinión pública, como los únicos expertos capaces de decidir si un procesado estaba o no afectado de u trastorno mental, así como para presentar a la nueva “ciencia psiquiátrica” como un elemento indiscutible de progreso (HUERTAS, 2002) . La “ciencia psiquiátrica” y la demanda urbano-burguesa del manicomio (psiquiatría) como elemento de control de conductas desviadas aún no surgirá en la provincia debido a su propia estructura socioeconómica hasta finales del siglo XIX. 

  BIBLIOGRAFIA

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Trabajo publicado en SIMÓN LORDA, D.; FLÓREZ, G.; GONZÁLEZ, E.(2008), “El hombre-lobo Blanco Romasanta (Galicia, 1852-1854) (Nuevos y viejos datos en torno un caso de leyenda). En: MARTÍNEZ PÉREZ, J et. al. (eds.), 2008, La gestión de la locura: Conocimientos, prácticas y escenarios (España, siglos XIX-XX). Cuenca, Universidad de Castilla-La Mancha. (978-84-8427-612-8), p.265-282. -------------- Una versión previa y menos elaborada puede consultarse en: http://www.ourensedixital.com/romasanta/dsl/index.htm

4 comentarios:

David Simón-Lorda dijo...

El niño lobo vive en Ourense
Marcos Rodríguez Pantoja se crió con los lobos en Sierra Morena. Su vida ha sido llevada al cine en una película de Gerardo Olivares recién estrenada. Desde hace unos años vive en la aldea de Rante.

http://www.lavozdegalicia.es/sociedad/2010/12/18/00031292701734775138839.htm

David Simón-Lorda dijo...

La leyenda del «hombre lobo» Romasanta resucita en Allariz.
Los expertos descubren que, tras ser indultado, acabó sus días en Ceuta.
La historia de Manuel Blanco Romasanta sigue siendo uno de los misterios más recurrentes de la tradición rural gallega. En 1929 Vicente Risco pronunciaba su discurso de entrada en la Real Academia Galega y lo titulaba Un caso de lycantropia -O Home Lobo-, abordando en su intervención el caso de este vecino de Esgos (Ourense) que fue juzgado en Allariz acusado de «matar e comer xente convertido en lobo». Sobre la figura de Romasanta y los sucesos que conmocionaron a la sociedad isabelina, y las nuevas aportaciones acerca de este, tratan las Xornadas sobre Manuel Blanco Romasanta que ayer comenzaron en Allariz, y que se cerrarán mañana, lunes.

En la primera mesa redonda de dichas jornadas los hermanos Félix y Cástor Castro Vicente zanjaron uno de los mitos recurrentes relacionados con Rosamanta: su final. Indultado por la reina Isabel II, Romasanta se libró de la pena de muerte y su desaparición siempre fue un terreno nebuloso con varias hipótesis y finales.

Cáncer de estómago

Fruto de una intensa investigación, los hermanos Castro Vicente demostraron ayer que Manuel Blanco Romasanta, nacido en Esgos en 1809, «morreu en Ceuta o 14 de decembro de 1863 afectado por un cancro de estómago». Según los datos aportados, el coruñés Antonio de San Martín escribe del caso Romasanta «no semanario ilustrado El Periódico para todos, de 11 de octubre de 1876, refírese á década anterior e fai memoria do caso do home lobo: ??Conducido a Ceuta, Manuel Blanco vivió en aquel presidio durante algunos años, sin que en época alguna diese muestras de padecer enajenaciones mentales, ni monomanías de ninguna especie??». En diciembre de 1863 dos periódicos recogen la muerte: en La Iberia. Diario Liberal del 23 de diciembre se incluye una escueta nota y en La Esperanza. Periódico Monárquico, del 21 de diciembre de 1863, se publica en primera página: «Escriben de Ceuta con fecha 16 del corriente que el desgraciadamente célebre Manuel Blanco Romasanta, conocido en toda España por el Hombre-Lobo, por consecuencia de sus atrocidades y fechorías, y que, Juzgado en La Coruña, fue condenado a presidio falleció en aquella plaza el 14 del actual» y lo hizo «siendo víctima de un cáncer de estómago».

Por su parte, el escritor y jefe superior de Policía de Galicia, Luis García Mañá, presentó una teoría inédita sobre las posibles motivaciones de Romasanta para matar -se le atribuyó el asesinato de 13 personas-. Mañá dijo que «Romasanta puido cometer os seus crimes baixo os efectos do cornizó, un fungo parasito do centeo que, entre outros usos, ten o de ser fonte do LSD, unha droga alucinóxena».

El escritor e investigador recordó las pestes y epidemias de Galicia en el siglo XIX y que «neses anos centrais do século, o gobernador civil de Ourense alerta do risco de intoxicacións pola inxestión de alimentos en malas condicións, en particular afectacións do cornizó».
http://www.lavozdegalicia.es/ocioycultura/2011/10/30/0003_201110G30P44991.htm

David Simón-Lorda dijo...

PEDRO OLEA
Director de cine.
«Carrero Blanco se indignó y quiso prohibir 'El bosque del lobo'».
El cineasta presentó en Allariz la proyección de su filme sobre Romasanta.
http://www.lavozdegalicia.es/ocioycultura/2011/10/31/0003_201110G31P27992.htm
Cuarenta años después, regresa al lugar de los hechos. El director de cine Pedro Olea (Bilbao, 1938), volvió ayer a Allariz para presentar la proyección de su película El bosque del lobo, basada en la vida de Manuel Blanco Romasanta, dentro de las jornadas que se celebran sobre este personaje al que la leyenda siempre ha relacionado con el mito del hombre lobo.

-¿Qué supone para usted volver a Allariz cuarenta años después?

-Es un honor. Y más aún para participar en unas jornadas sobre Romasanta, el personaje que a mí me colocó profesionalmente y que siempre me ha fascinado. Aunque antes de filmarla yo ya había rodado algunas cosas en Galicia. De hecho mi primer trabajo profesional fue Xantares. Gastronomía gallega, en 1966, con un texto de Álvaro Cunqueiro, que era un gourmet estupendo.

-¿Por qué decidió hacer una película sobre la vida de Romasanta?

-Fue fundamental mi amistad con Juan Antonio Porto, que ha sido el guionista con el que más veces he trabajado. Resulta que él es tataranieto del abogado de Romasanta. Un antecesor suyo hizo un resumen del juicio y se lo regaló a su amigo Carlos Martínez-Barbeito, el autor de la novela El bosque de Ancines, en la que yo me inspiré.

-Y adquirió los derechos...

-Através de Porto le pedimos a Barbeito una opción barata para los derechos. Cuando entramos a comprarla también tenía una opción Juan Antonio Bardem, pero no contestó y la compramos nosotros. Porto y yo hicimos el guion y, cuando ya estábamos listos para rodar, Barbeito nos llamó para decirnos que Bardem sí quería hacer la película y ofrecía 250.000 pesetas. Entonces yo junté a mi familia y les dije que quería hacer ese trabajo, así que reunieron el dinero, pagamos y nunca volví a hablarle a Barbeito. Sé que luego se quejó de que la película no se hubiese llamado como su novela. Es más, yo quería que se llamara Lobishome, pero no pudo ser porque entonces había cosas que la industria del cine no permitía.

-¿Tuvo problemas con la censura durante el rodaje?

-Había que tener cuidado con las escenas de muerte. Nos prohibieron rodar que el protagonista se comiera a las víctimas, así que solo pudimos sugerirlo. Al terminar fue al festival de Valladolid, que entonces se llamaba festival religioso y de valores humanos, y recibimos el premio San Gregorio. Aun así, cuando se iba a estrenar Carrero Blanco, el siniestro vicepresidente de Franco, oyó hablar de ella, pidió verla y se horrorizó. Se indignó tanto que quiso prohibirla.

-¿Y qué pasó?

-Eran los estertores del franquismo y le dijeron que prohibir una película que había tenido un premio en un festival de valores religiosos y humanos podría causar problemas, así que consintió. Luego José Luis López Vázquez ganó un premio en Chicago y las revistas americanas ya me colocaron a mí como un director serio. Yo siempre digo que no hay Óscar que supere a la gozada de haber vencido al propio Carrero Blanco, estrenando una película que quiso prohibir.

-El juicio a Romasanta conmovió mucho a la sociedad isabelina, pero luego se olvidó...

-Claro, aquí se olvida todo enseguida. En la película, que está basada en los textos originales, se presenta como un enfermo de epilepsia que vive en una región subdesarrollada, se cree a sí mismo alobado y mata por compulsión. Habrá que seguir estudiando por qué mataba. Se contaban muchas cosas pero todavía no se sabe lo que ocurrió. Por eso hay mucho que hablar sobre este personaje y por eso yo he venido encantado. Además, vamos a hacer un recorrido por los lugares del rodaje, que se hizo íntegramente en Galicia.

David Simón-Lorda dijo...

Más sobre el Hombre Lobo en:

http://es.scribd.com/doc/70291239/Anuario-revista-gallega-2004-HOMBRE-LOBO

http://www.ourensedixital.com/romasanta/index.htm